jueves, 3 de noviembre de 2011

CAPITULO 5º

Si, esa noche como no podía ser de otra manera Lucas tocó fondo. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo , tantos golpes recibidos, tantas decepciones, que le costaba mucho saber cuando había empezado todo esto.
¡Dios!, por esto, por ser él, había perdido “amigos”. ¿Había hecho lo correcto al contarlo? Desde luego no creía que pudiera haberlo ocultado por más tiempo, asique lo contó, sí , lo hizo. Estaba en su cama, en medio de la oscuridad, miraba el techo aunque no era capaz de distinguirlo entre las sombras. Pestañeaba muy despacio. Miró el reloj. Eran las cinco de la mañana y no podía dormir más. Cogió el móvil y se puso los cascos. Paso y pasó las listas de reproducción y cuantos más comienzos de canciones escuchaba más se dio cuenta de que ninguna de ellas le servía ya. Había cambiado y su música también tenía que cambiar.
Se levantó de golpe y caminó de puntillas hasta el ordenador, su viejo ordenador. La torre como de costumbre empezó a hacer mucho ruído, quizá despertara a los demás habitantes de la casa pero llegados a ese punto eso ya no le importaba.
Cambió toda su música, TODA, hasta que poco a poco su casa fue cobrando vida. Las farolas de las calles apagaron sus luces y el tráfico de los coches y motos volvió a la calle en la que vivía.
Lucas se vistió lo primero que encontró, lo de siempre, unas convers de su primo rozadas ya en la punta y unos vaqueros desgastados que no eran “pitillo”, no eran ajustados, pero eran sus vaqueros y jamás podrías imaginarte a Lucas sin ellos. Los tirantes colgando, bailando al aire y una camiseta gris con un emblema morado. Se miró al espejo de su habitación, se peinó su pequeño flequillo y observó como sus ojos parecían verdes a la tenue luz de su cuarto, sonrió con sarcasmo,se dirigió a la cocina y mientras ponía los collares a sus perros maldecía en voz baja el hecho de que justo esa semana le hubiera tocado hacer esta tarea.
No sabía con seguridad si el remedio había sido peor que la enfermedad. Quizás no había sido lo correcto saber lo mucho que quería a Fer e hizo algo que jamás habría hecho, recurrió a lo último que se recurre y pidió al destino una señal. Sólo eso y dejaría de ser un cobarde. Le contaría al mundo quién era y lo que sentía realmente.
Con este pensamiento cogió la cinta que sujetaba a los perros con una mano y con la otra una tostada recién preparada por su abuela, sin mantequilla ni mermelada, con una gotita de aceite, como las que tomaba ella. Salió de casa y a pesar de vivir en un segundo piso llamó al ascensor, para qué caminar, abrió la puerta metálica oxidada y mientras descendía  se volvió a mirar pero esta vez en el espejo del interior , mucho más grande que el de su cuarto. No se sentía gran cosa y dando la espalda a su reflejo volvió abrió la puerta.
Bajó las escaleras de su portal hacia la entrada y salió. Cuando pensó que aquella señal que pedía, la que necesitaba, nunca llegaría y estaba agachado atándose el cordón de sus tenis “nuevos” lo primero que vieron sus ojos fue una gran pluma blanca sobre el suelo. La cogió. Allí estaba. Su señal. Colocada para él. Quién sabe, quizás por el destino.
Sonrió, por primera vez de verdad, en aquella semana. Hoy sería un gran día. Entonces sin pasear a sus mascotas subió a su casa y llamó a su mejor amigo, Marcos. Y así, poco a poco, uno a uno, todos los amigos de Lucas fueron enterándose de su condición.
Con Marcos, con Aral y con Jocelyn no hubo problema pero otros le fallaron. Marcos contestó a su llamada y tras protestar durante cinco largos minutos por haberle despertado todo fluyó, no hubo desprecio ni pena en su voz ni en su cara cuando lo vió. Es como si lo supiera, como si lo intuyera.
-          Y, ¿qué?, sigues siendo mi amigo. El mejor que nunca he tenido ni tendré. Me tengo que ir. Ya hablamos.
Así, Marcos se despidió de Lucas con un apretón de manos y un pequeño abrazo.
Lucas se giró y entre lágrimas de emoción dijo:
-          Uno menos. Ahora, Jocelyn.
¡Qué gran amiga era Jocelyn! Nunca entendió como en una chica tan pequeña, bajita y poquita cosa podía caber tanto amor. Era tímida y con frecuencia no expresaba sus sentimientos ni lo que pensaba pero Lucas ya estaba acostumbrado. Él sabía mirar a través del pelo negro que caía sobre sus ojos verdes si decía la verdad, si mentía, si decía que sí o que no debía hacerlo.
El quería mucho a Jocelyn, tanto que ya no podría estar sin ella. Le encantaba cuando con un solo casco puesto caminaba bailando por la calle sin importarle quien la estuviera mirando, sin vergüenza, porque para bailar era para lo único que ella no tenía miedo a fallar. Asi que cuando se enteró abrió un vínculo especial con él. Estaba encantada y ahora más que nunca Lucas pudo sentir que era un apoyo para él y juró no perderla nunca.
La situación en la cual Aral se enteró quizás no fue la más apropiada y supongo que está de más contarla aquí. Sea como fuera y como te puedes imaginar no todo fue un camino de rosas. Podemos decir que hubo personas que no se tomaron tan “bien”. Por un lado Daniela y por otro Silvia. Con la primera todo estaba bien, por lo menos por el momento. Simplemente Daniela aún se sentía rara e incapaz de hablar del tema.
-          No quiero hablar de ello pero puedes seguir contando conmigo- dijo ella, nada más enterarse.
Pero con Silvia, no sucedió así. La había perdido para siempre y eso que la quería. Hizo un pacto con ella de amistad eterna. Antes de todo esto pensaba que había roto el mito de que la distancia hace el olvido pero para Silvia parecía que Lucas no significaba lo mismo, asique simplemente la perdió.
Quedaba Laura. Solo Laura y listo. ¿Cómo se lo tomaría? Laura no solía juzgar a la gente pero….
Asi que esto era lo que pensaba esa noche cuando todo se nubló. Tocó fondo. Quizás porque había sido un día demasiado largo, demasiado agotador. Apartó la colcha hasta el final de la cama y se metió entre las sábanas, decidiéndose a pasar otra noche como las anteriores, pestañeando muy despacio y sin apenas dormir. Por un instante cerró los ojos soñando por un momento con dormir, con descansar. Sabía qué mañana también sería un día agotador.

2 comentarios:

  1. Muchisimas gracias de verdaad :)
    claroo que te sigo, me lo leere y te coomentaree :D
    un besooo graciaas ^^

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  2. Me encanta tu blog, creo que estas haciendo un gran trabajo. Te sigo ¿Puedes seguirme tu a mi?
    Me haria mucha ilusion...
    http://comopezenelaguajuntoati.blogspot.com
    Un besito!! Sigue asi!!
    Te espero, NO ME FALLES!

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